martes, 10 de enero de 2012

Mi declaración de autoestima

Yo soy yo.
En todo el mundo no existe nadie exactamente igual a mí. Hay personas que tienen aspectos míos, pero ninguno de ellos forma el mismo conjunto. Por consiguiente, todo lo que sale de mí es auténticamente mío porque yo lo elegí así.
Todo lo mío me pertenece -mi cuerpo, todo lo que hace; mi mente, con todos sus pensamientos e ideas; mis ojos, incluyendo todas las imágenes que perciben; mis sentimientos, cualesquiera que sean- ira, alegría, frustración, amor, decepción-; mi boca y todas las palabras que de ella salen; mi voz, fuerte o suave y todas mis acciones sean para otros o para mí.
Soy dueña/o de mis fantasías, mis sueños, mis esperanzas, mis temores.
Son míos mis triunfos y mis éxitos, todos mis fracasos y errores.
Como todo lo mío me pertenece, puedo llegar a conocerme íntimamente. Al hacerlo, voy a lograr quererme y sentir amistad hacia todas mis partes. Puedo hacer factible que todo lo que me concierne funcione para mis mejores intereses.
Sé que tengo aspectos que me desconciertan y otros que desconozco. Pero mientras yo me estime y me quiera, puedo buscar con valor y optimismo soluciones para las incógnitas e ir descubriéndome cada vez más.
Todo cuando diga y haga, piense y sienta en un momento dado, todo es parte de mi ser. Todo es real y representa el lugar que ocupo en ese momento del tiempo y el espacio.
A la hora de un examen de conciencia, respecto de lo que he dicho y hecho, de lo que pensado y sentido algunas cosas resultarán ser inadecuadas. Pero puedo conservar lo bueno y descartar lo incorrecto, inventando algo nuevo para que supla su lugar.
Tengo los medios para sobrevivir, para acercarme a los demás, para ser productiva/o y para lograr darle sentido y orden al mundo que me rodea.
Me pertenezco y por eso puedo estructurarme.
Yo soy yo y estoy bien.

Ana Suvire, Lic. Psicología Casa Yantra

No hay comentarios:

Publicar un comentario