El Día del Animal comenzó a celebrarse, al menos en nuestro país, en 1908. En aquel entonces, “por inspiración de Clemente Onelli, entonces director del Jardín Zoológico, y del doctor Ignacio Lucas Albarracín, Presidente de la Sociedad Protectora de Animales”, se festejaba cada 2 de abril –según informa el Ministerio Educación en sus efemérides.
El doctor Ignacio Lucas Albarracín, además de ser uno de los fundadores de la Sociedad Argentina Protectora de Animales, es el que propuso y propulsó la Ley Nacional de Protección de Animales (N° 2786) en la que quedaba establecido, por primera vez en la historia argentina, la obligatoriedad de brindar protección a los animales, de manera de impedir su maltrato y su caza.
El 29 de abril de 1926, Albarracín falleció, a los 75, de un paro cardíaco. Es por eso que, en su homenaje, el Día del Animal comenzó a celebrarse con la fecha que actualmente conocemos.
A diferencia de nuestro país, en el resto del mundo se celebra cada 4 de octubre.
Tenemos mucho que aprender de los árboles y de los animales
"¿Acaso no sientes el amanecer y los pájaros y los árboles? Todo está en calma. Aparte del hombre, nadie se suicida, ningún árbol, ningún pájaro. Aparte del hombre, nadie necesita psiquiatras. Aparte del hombre, todo está exactamente como tiene que estar, perfectamente feliz. En los cantos de los pájaros, ¿sientes que hay tristeza? Sólo hay una alegría desbordante. No están hablando sobre grandes temas filosóficos, no están rezando en las iglesias, no están diciendo nada concreto, es la felicidad que les produce una energía desbordante lo que les hace sentirse en casa.
No tienen nada: ni dinero, ni poder, ni prestigio. No padecen un complejo de inferioridad, ni de superioridad. Nunca sufren de esquizofrenia. Tenemos mucho que aprender de los árboles y de los animales".
Cierra los ojos y lánzate. Escucha el sonido de tu verdad
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